La conciencia...

¿Qué significa actuar en la vida diaria desde la presencia plena-conciencia abierta? La verdad es que como humanos modernos estamos "mareados", nos resulta muy difícil hacer algo de forma consistente y coherente. Solemos decir "quiero hacer esto, quiero comprar aquí", y a los 5 minutos ya estamos pensando en otra cosa...

La conciencia implica la posibilidad de estar realmente presentes en lo que hacemos, que nuestros sentimientos, nuestro pensar, nuestro cuerpo, la totalidad de lo que somos esté presente de forma coherente en nuestro vivir cotidiano. 

En el caso del consumo, la conciencia nos permite, por ejemplo, que nuestras preocupaciones por la contaminación del suelo y el agua por los plaguicidas, que la información que tenemos sobre los conservadores, saborizantes y colorantes, que todo esto pueda hacerse presente de forma real cuando tomamos la decisión para comprar un producto. Que no simplemente actuemos automáticamente comprando lo "más cómodo y a la mano" que el mercado nos imponga. Pero más aun, que le podamos dar realmente el valor a ese producto y hagamos el esfuerzo de ordenar nuestro acto de consumo para poder realizar nuestras compras en los tiempos, lugares y con las personas que realmente reflejan un compromiso por cuidar la tierra, por cuidar de l@s trabajador@s que los producen, y al mismo tiempo que podamos cuidar REALMENTE nuestro cuerpo, nuestras costumbres, nuestr@s hij@s, nuestro entorno...

Esto es lo que implica la CONCIENCIA como una cualidad, una calidad del SER HUMANO que está viviendo y co-creando en su día a día el mundo a su mano.

 

Lo que la conciencia puede forjar al estar haciéndose presente de forma real en el consumo

La conciencia es una calidad del ser, del pensar-actuar que permea todo acto de vivir, tanto de los humanos como de lo no humano. Cuando esta cualidad es cultivada de forma atenta y constante, sus "efectos" resultan evidentes y extraordinarios. Por ejemplo, un bebé, un anciano en sabiduría, un animal en reposo o a la caza, todos ellos expresan una calidad de atención llamativa y especial. Cuando hacemos yoga, chi kung, cuando pintamos, bailamos, cuando hacemos el amor o atendemos un enfermo o a nuestr@ hij@ con dedicación amorosa, estamos en estado de atención en presencia plena-conciencia abierta. La conciencia es por lo tanto una cualidad mental fundamental, de hecho es lo que nos permite senti-pensar de forma coherente y viable, nos da referencia para saber lo que estamos haciendo, para vincular recuerdos con lo que estamos sentipensando aquí y ahora, para generar así procesos reflexivos inteligentes y viables. Une lo que sucede en cada célula y tejido con lo que estamos haciendo como organismo sentipensante en su totalidad. Se puede decir que la conciencia es la esencia de los procesos mentales y vitales desde lo molecular hasta lo social y ambiental...

Imaginemos lo que esta calidad del ser humano puede generar a la hora de consumir. En cada acto de consumo están presentes inumerables procesos engarzados de forma interconectada. Por ejemplo, un producto como una mermelada es resultado de una cultura, de una imagen estética-artística del mundo. Ese producto es el resultado de cientos de procesos industriales, como la extracción de combustibles y materias primas del susbsuelo, de actividades agropecuarias y agroindustriales, del trabajo monótono y esclavizante de decenes de personas o del trabajo amoroso y cuidadoso de seres humanos en cooperativas que están en contacto real con lo que hacen. El estar expuesto en un anaquel implica también un sin fin de procesos, como el transporte en barco y trailer por miles de kilómetros y su almacenado durante meses, o de forma alternativa puede implicar que lo produce una familia en su rancho en las afueras de mi ciudad, que es transportado con cuidado y dedicación. También implica las manos y atención de asalariados que laboran muchas horas sin un sentido y en condiciones de alta explotación en un gran almacén transnacional o de forma alternativa en un mercado o tiendita local. Su composición molecular y su manera de fabricarse expresa también la cultura y valores, la historía particular de una región y hasta de una familia, así como el respeto profundo por lo que es apropiado y sano para quienes lo producen y lo consumen; o por el contrario refleja fórmulas técnológicas estandarizadas, artificiales, desconextualizadas y globalizadas, para las cualres los seres humanos no son más que cifras. Etcétera, etcétera...

Imaginemos entonces, si con el uso de la conciencia, que es la calidad de atención que nos permite articular todos los precesos pensantes, si con esa conciencia podemos tomar en cuenta de forma instantanea y sintética todos estos aspectos del consumo a la hora de elegir críticamente lo que deseamos consumir para satisfacer nuestra necesidad... Si podemos estar en conciencia del entramado de aspectos que se involucran en un acto de consumo específico, entonces poco a poco podemos re-impregnar a nuestro acto de comprar y a lo que compramos con todas esas cualidades y valores que reflejan un cuidado por mi mismo, por mi familia, por los seres humanos, por mi cultura y por el planeta tierra.

Este conjunto de saberes, y la conciencia operativa para poder actuar de forma consecuente y crítica deben de ser cultivados delicada y pausadamente a través de una Red de amistades y de costumbres y re-aprandizajes. Como resultado de este proceso de Consumo Consciente podemos ir forjando y co-creando detalladamente el mundo deseamos tener...

 

La Telaraña Verde como proceso de co-diseño de los productos y servicios que consumimos

Si tomamos en cuenta todo lo dicho anteriormente, puede resultar evidente a estas alturas que en realidad al estar participando activamente en esta Red estaremos realmente diseñando colectivamentes, es decir co-diseñando los productos y serivicos que consumimos. Esto es así porque dichos productos y servicios reflejan cada vez más de forma fiel nuestras necesidades y valores.